El 6 de octubre se conmemora un hecho de importancia nacional en Hungría. El mismo día del año 1849, trece generales del ejército independentista húngaro fueron ajusticiados en la ciudad de Arad (actualmente Rumanía). En aquella guerra de independencia frente a los austriacos, Hungría fue, una vez más, la perdedora, y como castigo ejemplar, el Imperio decidió asesinar públicamente a estos militares, que desde aquel momento son ya héroes de la patria.
Los austriacos celebraron con cerveza la victoria y el acontecimiento, mientras gritaban en contra de los perdedores. Aquello fue quizás excesivo para el pueblo húngaro, humillante en demasía, y el descaro debió de ser patente, porque desde aquel año se forjó la promesa común de que ningún húngaro brindaría con cerveza, al menos durante ciento cincuenta años. En recuerdo de este suceso y de la indignidad del vencedor. Y así ha sido.
Esto lo demuestra un acontecimiento reciente. Me cuentan que una cerveza alemana tuvo hace un tiempo la mala suerte de centrar su publicidad sobre varias personas brindando con la cerveza. Pronto debieron retirar la campaña porque no tuvo éxito alguno.
Así, si ustedes echan cuentas, solamente hace un par de años que este periodo venció, y ya algunos húngaros brindan con cerveza. Pero, es curioso, la mayoría prefiere conservar esta costumbre, y perpetuarla como recuerdo de aquel deshonor. La costumbre se ha convertido en tradición.
1 comentario:
Recuerdo esa historia, ya que nos la contaste durante nuestro periplo húngaro, hace ya, uff!! seis años.
Parece mentira que haya pasado tanto tiempo porque recuerdo muchísimas anécdotas del viaje, entre ellas, ésta de evitar el brindis con cerveza.
En fin, leyendo los post que has publicado últimamente, me entra una nostalgia tremenda, supongo que a tí también, por eso escribes tanto sobre Hungria...
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